En mayo y junio de 1964 la Confederación General del Trabajo de la República Argentina (CGT), profundizando su Plan de Lucha, lleva adelante tomas de fábricas, una inédita y novedosa forma de protesta. En tiempos de proscripción del peronismo, el movimiento obrero es el aglutinante mayoritario y más organizado del proscrito movimiento.