Desde el boceto hasta el medio digital, son las herramientas que forman el lenguaje de los arquitectos, un lenguaje al servicio de la mano y la mente. Y son las herramientas las que nos permiten dar expresión arquitectónica a la imaginación, la creatividad y a la manera en que concebimos los espacios pensados para el hombre.
El avance del proceso proyectual nos obliga a interactuar con diversos individuos, a quienes les transmitimos las ideas de nuestra mente, y con quienes tomamos decisiones en el proceso creativo. En este camino de “COMUNICAR LAS IDEAS” utilizamos distintas metodologías de representación y herramientas que nos permiten explotar las potencialidades de cada una de ellas.
En función de la etapa de proyecto que estamos desarrollando, elegimos una determinada escala de representación, y medio de expresión analógico y/o digital, lo que nos permite a medida que avanzamos, una definición más precisa de la “idea” inicial, lo que conlleva a un nivel de detalle mayor.