Llevar a cabo un plan de Protección del Patrimonio que sea capaz de ubicar la Prehistorla en su verdadera profundidad temporal y al mismo tiempo concientice a la comunidad sobre su valor como patrimonio cultural convirtiendo a cada ciudadano en un protector, constituye una necesidad imperiosa en un país donde la prehistoria del territorio no está contemplada en los programas de enseñanza, donde la ausencia de obras monumentales que la testimonien se transforma en ausencia de ese período del pasado y donde el hombre prehistórico y su cultura se concibe solamente fuera de fronteras.