Los metales pesados (MP), entre ellos Zn(II) y Cu(II), son los contaminantes más complejos para remediar al ser no biodegradables y no fácilmente detectables, perdurando en el ambiente. La fitorremediación utiliza especies nativas adaptadas a estas condiciones para remediar in-situ sitios contaminados. Especies susceptibles pueden funcionar como bioindicadores de contaminación. Para su selección son necesarios bioensayos que constaten límites de tolerancia a los MP.