La sintomatología del celo de una hembra ovina o caprina es inespecífica, si bien la hembra caprina presenta determinadas características. Una hembra ovina presenta edema y eritema vulvar, lo cual generalmente es poco visible debido a la cubierta lanosa de las regiones adyacentes, y además tiene una actitud activa en su conducta sexual, más notoria en la cabra, buscando al macho y permaneciendo cerca de él. En la hembra caprina, además de tener la sintomatología que se presenta en la hembra ovina, se encuentra descripto que se incrementa notablemente la frecuencia de movimientos de la cola y en una baja proporción de hembras (≤5%) presentan una secreción seromucosa por la hendidura vulvar o se montan entre ellas.
Por lo descripto, se considera en la práctica que las hembras de ambas especies no tienen sintomatolgía estral por lo cual debemos recurrir a un macho para la identificación del celo, el cual se denomina macho retajo.
El macho retajo, también llamado retarjo o recela, es aquel animal utilizado para identificar el celo para lo cual se realiza una intervención que le permita mantener su capacidad de monta y libido aunque tiene la incapacidad de fecundar. Para la realización de un retajo se puede recurrir a diversas técnicas quirúrgicas, a tratamientos hormonales o al empleo de arneses que impidan la cópula. Además, los retajos deberán tener puesto un arnés marcador o bien estar pintados en caudal a la región xifoidea para que la hembra en celo pueda ser detectada y visualizada por el operario a cargo.