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En el campo de las Relaciones Internacionales y la Economía se prevé escasez de recursos naturales hacia la segunda mitad del siglo XXI. En un sistema internacional de naturaleza anárquica, los Estados buscan abastecerse de estos recursos para acrecentar su producción y, de esta manera, convertirse en un potencial actor hegemónico en la comunidad internacional. Para la República Popular China (RPCh), la provisión de los mismos es clave tanto para su política nacional como internacional. En primer lugar, para dar respuesta a la demanda alimentaria y de recursos de su población (la cual representa un 20% del total mundial y solo posee un 7% de las tierras cultivables del mundo) y, en segundo lugar, para continuar consolidando y manteniendo su posición de liderazgo en el sistema internacional. Frente a este panorama, resulta conveniente reflexionar acerca de las actividades llevadas a cabo por los Estados y otros actores en la Antártida, un continente de 14 millones de kilómetros cuadrados y que es reservorio estratégico de elementos claves como energía, minerales metalíferos, proteínas, biodiversidad y agua potable. Para ello, es necesario identificar el posicionamiento de los Estados (como actores preeminentes) en la estructura del sistema internacional. Para el caso particular de la RPCh, la construcción y adaptación de su particular visión del sistema internacional, es un paso obligado a la hora de comprender la táctica y el proceder de su accionar. Un primer acercamiento a dicha visión, aportada por Zhao Tingyang (2021), se interpreta con conceptos propios de su cultura y tradición, tal como lo es “tianxia” (天 下). El mismo propone un orden concéntrico que tiene como objetivo final la armonía mediante la cooperación y la búsqueda de beneficios mutuos entre Estados. Tal perspectiva “mundialista” o visión sistémica global del pensamiento chino genera un contrapunto con la estructura anárquica actual del orden internacional devenido de Westfalia. A pesar de ser un aporte teórico valioso para un primer acercamiento a la “cosmovisión china”, las conclusiones de Zhao son criticadas por su carácter “utópico”. Es por ello que, se revisten de vital importancia las contribuciones académicas de la Escuela Tsinghua. Yan Xuetong (2019), representante de dicha escuela, aborda los marcos teóricos hegemónicos desde una perspectiva innovadora al incorporar conceptos propios del pensamiento chino a la teoría realista occidental. La extracción de recursos naturales del continente antártico hoy en día parece distante debido a dos razones: por un lado, el alto costo de extracción de los mismos y, por otro, por la normativa vigente del Sistema del Tratado Antártico (STA). Sin embargo, este status quo es potencialmente inestable a causa de los rápidos avances de la tecnología y la revisión del Protocolo de Madrid en el año 2048, contexto en el cual se podría acordar la extracción regulada de recursos naturales. En base a lo expuesto anteriormente y considerando la actual situación internacional, que evidencia la importancia de la relación entre la política y un espacio geográfico que concentra intereses, es pertinente el estudio de la emergencia y consolidación de la presencia de la República Popular China como actor extra-hemisférico en la Antártida. Como sostiene en su tesis de maestría, el académico chino Bao Wenhan: “En la actualidad, debido a que el Tratado Antártico congela las disputas territoriales y las actividades de desarrollo de recursos en la región antártica, los países solo pueden participar en los asuntos antárticos a través de investigaciones científicas y actividades de protección ambiental, pero la gobernanza de los recursos antárticos es una tendencia inevitable del desarrollo económico y social” (Bao, 2016: 5) Por tanto, emprender tal estudio es un insumo de interés tanto para el mundo académico en general como para los hacedores de políticas públicas de nuestro ámbito nacional en particular. Y, más aún para este último grupo, si consideramos que la construcción del primer asentamiento permanente del país asiático fue en la península antártica, reclamada por la República Argentina (así como también por la República de Chile y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte) como parte integral de su territorio nacional