Los hongos son un alimento muy apreciado en diferentes lugares del mundo cuyo consumo ha aumentado en los últimos años. Su valor culinario y comercial se debe a que, además de poseer aromas, sabores, colores, formas y texturas particulares, contienen numerosas sustancias nutritivas y otras que pueden ser beneficiosas para la salud. Solo en Patagonia existen más de 30 especies comestibles de hongos silvestres y cultivados.
Los hongos comestibles constituyen uno de los productos forestales no madereros más característicos que ofrecen los ambientes de bosque nativo e implantado y las praderas andinopatagónicas; se trata de productos naturales, saludables y sustentables ligados a las buenas prácticas de cosecha, con un mercado potencial muy prometedor, que es necesario desarrollar. En los ambientes boscosos de Patagonia existe una ruralidad con características culturales y productivas muy particulares que se encuentra frente a procesos de cambio, y donde surgen nuevas estrategias para reinterpretar su potencial productivo en el mundo contemporáneo. Entre dichas acciones destaca el turismo en el espacio rural, actividad basada en el patrimonio biocultural que ostenta el bosque respecto a las ciudades.