El envejecimiento es una etapa de la vida humana, la cual se encuentra marcada por una gran serie de cambios; la fisionomía propia no es la única que tiende a variar con el paso de las décadas, los aspectos fisiológicos juegan un papel determinante en el rol social de los adultos mayores entre 65-80 años de edad. El entrenamiento de la fuerza se presenta como una herramienta válida para contrarrestar algunos de los daños orgánicos y efectos negativos asociados con la vejez. Por tal razón es importante identificar la incidencia del ejercicio físico de fuerza, y los beneficios que éste puede aportar en cuanto la mejora de la capacidad funcional de las personas mayores.