Resanes (Argentina-México, 2013) y Gestos para la tierra (México-Québec, 2021 y 2023) son proyectos que coinciden como transacciones situadas donde seres y superficies se reconocen y se tocan. Más allá de haberse realizado en temporalidades y territorios urbanos y rurales muy distintos (Argentina, México y Canadá), la idea del abrazo al lugar se hace presente como una forma de establecer vínculos desde la intuición y los afectos.
En ambos proyectos, los intercambios entre las materialidades y los cuerpos ejercen una acción de correspondencia directa con el entorno: sea a través de la piel, la miel o la tela. La intención es poner en contacto seres y lugares por medio de fisicalidades y sensibilidades vibrátiles y sutiles, donde la vida y las relaciones, por momentos, se resignifican.