La alta cordillera de la provincia de San Juan es una región árida donde la disponibilidad de agua en calidad y cantidad es una de las principales limitantes para el desarrollo de las comunidades rurales. En esta región los manantiales y mallines asociados a estos adquieren relevancia como fuente de abastecimiento de agua y forraje para cría del ganado.
La existencia de los mallines está íntimamente relacionada a la presencia de manantiales, siendo la descarga de agua subterránea sostenida en el tiempo la que da lugar a que estos ambientes puedan desarrollarse (Melendi et al., 2021; Álvarez et al., 2021).
No obstante, a pesar de la importancia de los acuíferos asociados a mallines, la composición química de las aguas es una temática poco conocida. Esto se debe a que los mallines ocupan áreas muy restringidas, en ocasiones de difícil acceso, estando heterogéneamente distribuidos en diversos entornos geomorfológicos (Mazzoni y Rabassa, 2013). Dentro de la región cordillerana los mallines cubren pequeñas superficies de diferentes formas y tamaños localizadas en los bordes de los cauces con agua permanente o asociados a manantiales en zonas de laderas donde el cambio brusco de la pendiente intercepta al nivel freático.
Considerando que la composición química del agua de los manantiales está condicionada por las rocas por las cuales circula el agua subterráneamente, el objetivo del trabajo es analizar las variaciones espaciales en las facies hidroquímicas determinando los condicionantes geológicos que regulan las concentraciones de iones mayoritarios.