La presente investigación, con un enfoque cualitativo-interpretativo, desarrolla el análisis comparativo de las Representaciones Sociales del estudiantado de la Escuela Nacional de Trabajo Social (ENTS). Desde el año 2019, la ENTS ha implementado cambios significativos en sus planes de estudio, incluyendo contenidos relacionados con la perspectiva de género. En este contexto, la investigación se centra en comparar al estudiantado que cursaron esté seminario
como parte de su plan de estudios y aquellos que no lo hicieron, debido a que la inclusión de esta temática aún no formaba parte del currículo. Esta inclusión contribuye de manera sustancial en la formación profesional de las, los y lxs trabajadores sociales. Con la incorporación de la perspectiva de género en de los planes y programas de estudio, se apuesta por el análisis de elementos teóricos y metodológicos para discernir y visibilizar cómo actúan los mecanismos de naturalización que el sistema patriarcal ha establecido para perpetuar la desigualdad y el ejercicio de prácticas llenas de poder. Ante esas prácticas sociales, la formación universitaria —no sólo en Trabajo Social— con perspectiva de género impulsa una profunda transformación social, tendiendo puentes con nuevos valores y principios para interpretar y participar en procesos organizativos y movilizadores que, en nuestra sociedad contemporánea han irrumpido en diferentes escenarios.
El estudio no tiene la intención hacer generalizaciones estadísticas, sino de adentrarse en las subjetividades que surgen cuando las, los y lxs estudiantes se aproximan a los estudios de género como parte de su formación profesional. La investigación trata de indagar la manera como interpretan el género, con qué lo relacionan, como lo sitúan a la hora de tomar decisiones en procesos de intervención relacionados con su trayectoria escolar. Desde el cuarto hasta el noveno semestre, las prácticas escolares (trabajo de campo) se desarrollan como columna vertebral: treinta y tres grupos en prácticas en comunidad (cuarto y quinto semestre), treinta y cuatro grupos en el nivel de práctica regional (sexto y séptimo semestre) y veintiocho en prácticas de carácter institucional (octavo y noveno semestre). Lo relevante es que se generan, procesos de aprendizaje, sobre investigación social, realización de diagnósticos, programación, evaluación de proyectos sociales y en algunos casos, si las condiciones son favorables, se propicia la intervención social. Entendiendo que el Trabajo Social es una disciplina crucial para favorecer y posibilitar la construcción de igualdad entre hombres y mujeres. Con la incorporación de un seminario sobre género de carácter obligatorio en el primer semestre y materias optativas, sobre familias diversas, atención a violencias y contenidos de manera transversal en los demás semestres, se permitirá que el estudiantado cuando llegue a las prácticas escolares a partir del cuarto semestre, cuente con los elementos teóricos, enfoques, formas de organización y valores que tienen las personas en la comunidad, para interactuar comprender la cotidianidad que se genera y reproduce.