En el contexto actual de consumo, donde la producción y el manejo de alimentos enfrentan desafíos significativos, es fundamental abordar la problemática del desperdicio alimentario. En Argentina, se pierden y desperdician aproximadamente 16 millones de toneladas de alimentos al año, lo que representa un grave impacto tanto en el medio ambiente como en la economía. Este fenómeno se ve exacerbado por hábitos de compra desorganizados y la falta de planificación en el consumo, lo que lleva a que los hogares de la Ciudad de Buenos Aires desechen en promedio 8.4 kg de comida cada año. El desperdicio de alimentos no solo implica la pérdida de recursos esenciales, sino que también genera emisiones de gases de efecto invernadero, como el dióxido de carbono (CO2) y el metano (CH4), que contribuyen al cambio climático. Por lo tanto, es crucial promover una toma de decisiones más informada y consciente a la hora de adquirir y consumir alimentos.