Desde las últimas décadas del siglo XX, en el marco de las transformaciones que atravesaron los sistemas de educación superior a nivel mundial, las políticas de evaluación ocupan un lugar prioritario en las agendas educativas de la mayoría de los países. Sistemas, instituciones y sujetos han sido objeto de crecientes evaluaciones tendientes a la búsqueda de calidad. En este contexto, la evaluación de la docencia universitaria comenzó a ocupar un lugar central de las agendas educativas. Los docentes fueron interpelados discursivamente como actores clave en el aseguramiento de la calidad por lo que la mayoría de los países se abocaron a la tarea de diseñar e implementar dispositivos que permitiesen obtener información acerca de la actividad desarrollada por el profesorado. De manera formal y a través de diferentes procedimientos, las políticas de evaluación –orientadas a posicionar en la carrera docente, otorgar incentivos y mejorar la calidad– buscan valorar la actividad docente del profesorado universitario.
En este artículo se presentan resultados de un trabajo de investigación desarrollado durante el período 2011-2013 que abordó la incidencia de los procesos de evaluación de desempeño en las prácticas cotidianas de profesores y profesoras de universidades de Argentina y España. Se trató de un estudio de casos colectivo de carácter extrínseco o instrumental (Stake, 2005), en el que se realizaron entrevistas semi-estructuradas a sesenta y nueve docentes de diferentes áreas disciplinares y distintas categoría y dedicación docente con el propósito de indagar en la incidencia de las actuales formas de organización y evaluación del trabajo docente en las formas de ser, pensar y ejercer la docencia en la universidad.