En un texto ya clásico en la extensa literatura sobre cooperación científica, coautorías y redes de conocimiento, Beaver (2001) identifica 18 razones por las que los científicos colaboran. La lúcida enumeración va desde la necesidad de aprender, acceder a conocimiento experto y detectar errores con mayor eficiencia; pasando por ganar productividad, conseguir y potenciar recursos, y obtener prestigio; hasta reducir el aislamiento, socializar y pasarlo bien. Sonnenwald (2007) distingue esas razones según la fase del proceso de producción de conocimiento en que aparecen —formulación, desarrollo, mantenimiento y conclusión—; y Katz y Martin (1997) advierten sobre los innegables obstáculos y dificultades que importa esa colaboración: gastos adicionales de presupuesto y sobre todo de tiempo —en la toma de decisiones o en la información de esas decisiones, en la resolución de discrepancias, etc.—, asimismo y como aspecto no menor, señalan el aumento y complejización de la burocracia y la administración de los Proyectos.
Tales estudios parten de la idea de que los “campos disciplinares” (Bourdieu, 2002, 2003); los “campos profesionales” (Clark, 1983); las “especialidades disciplinares” (Becher, 1993); los “colegios invisibles” (De Solla Price, 1986, Crane, 1972); y otras múltiples conceptualizaciones, se construyen, se fortalecen, persisten y se proyectan, entre otras cosas pero principalmente, por la colaboración entre investigadores.
En el presente paper analizamos esa colaboración científica en el campo de la Sociología Jurídica que se ocupa especialmente del modo en que la misma aporta a la enseñanza del Derecho, tomando como fuente de información la producción escrita en forma de “Ponencias” en los Congresos Nacionales e Internacionales de Sociología Jurídica organizados por la SASJu en la última década.
Los Congresos, Jornadas, Encuentros, y diversos formatos de reunión de académicos de espacios disciplinares son instancias de discusión y reflexión jerarquizadas que permiten compartir información relevante, avanzar en la producción de conocimiento y en la revisión del mismo, así como también constituyen espacios de socialización entre pares recién iniciados e investigadores de trayectoria, tanto en sus instancias formales como informales, siendo las coautorías y citaciones que en ellos se producen datos relevantes de la productividad científica (Becher y Towler, 2001; Crane ob.cit.; López García 2019; entre otros).
En la Ponencia hacemos un breve “Marco Teórico”, luego una “Descripción general del corpus” en análisis; y seguidamente no enfocamos en caracterizar las colaboraciones entre investigadores y el mantenimiento de líneas de investigación, en el título “Autores, coautorías y líneas de investigación” a partir de dos interrogantes centrales: a) ¿Cómo se configuran las colaboraciones entre autores en la intersección entre Sociología Jurídica y Enseñanza del Derecho que constituye nuestro objeto de estudio?. Específicamente, ¿es posible distinguir cruces colaborativos y producción escrita grupal entre agentes del campo?; y b) ¿Cuál es la presencia y permanencia de los autores y equipos de investigación en la producción de los Congresos?, ¿se trata de autores “migrantes” o “de paso” y equipos de investigación “de proyecto”; o es posible encontrar autores permanentes y equipos de investigación que vienen desarrollando “líneas de investigación” a lo largo del tiempo?..
Las conclusiones son provisorias y constituyen una nueva aproximación que, al modo de capas de una cebolla, vienen aproximándonos a nuestro objeto de estudio.