La lesión de los nervios periféricos es una solución de continuidad en estas estructuras causadas por diferentes agentes etiológicos.
Su prevalencia en la literatura internacional es aproximadamente de un 3 % de las lesiones traumáticas que ingresan a la sala de guardia de los hospitales.
Las injurias, pueden tener características macroscópicas (ej. lesión cortante, contuso cortante) o microscópica (ej. estiramiento, isquemia) y en base a esto pueden ser clasificadas de diferente manera.
Si bien las causas de las lesiones nerviosas traumáticas pueden ser diversas, suelen compartir mecanismos fisiopatológicos comunes.
Los nervios periféricos tienen una constitución que se describe en la Fig. 19.1. El epineuro externo e interno son estructuras de tejido conjuntivo que sirven de sostén y por donde transcurre la irrigación (vasanervorum).
Las fibras nerviosas son las responsables de la transmisión del impulso nervioso aferente (sensitivas) y eferentes (motoras), están constituidas por grupos de axones y por la vaina de mielina. El conjunto de fibras nerviosas está envuelto por el perineuro, que les da resistencia a la tracción y elasticidad.
La vaina de mielina es una estructura multilaminar sintetizada por las células de Schwann, que rodea y protege a los axones, es interrumpida para constituir los nódulos de Ranvier, y generar de esta manera que se lleve a cabo el impulso saltatorio, característico de la transmisión nerviosa.