Cuando en 1979, siendo residente en la provincia de Santa Cruz, inicié un relevamiento arqueológico de la cuenca del río Gallegos, el objetivo principal que me guiaba era poder llegar a contrastar las propuestas que Junius Bird y Osvaldo Menghin habían elaborado sobre el desarrollo cultural del extremo meridional de la Patagonia. Ambos investigadores tenían apreciables divergencias, no sólo en lo que respectas a la interpretación de la prehistoria de la región, sino también en cuanto a la metodología de trabajo y los fundamentos cronológicos a partir de los cuales dataron los períodos o fases culturales discriminados por cada uno.