Los estudios comparativos del arte rupestre americano basan su efectividad en la definición, a través del análisis regional, de estilos y motivos guía. El concepto de estilo surge del estudio exhaustivo de las distintas asociaciones en una determinada región, para distinguir un conjunto de motivos básicos que recurren en diferentes sitios; en este sentido el estilo debe ser integrado dentro del marco más amplio de la cultura prehistórica, a la que se vincula como forma manifiesta de un determinado pensamiento simbólico o de una determinada concepción de forma.