La historia de la historiografía regional ha adquirido una importancia cada vez mayor en nuestro país. Como se sabe, la historiografía regional argentina estudió, en un primer momento, aquellas obras y argumentos en oposición a un tipo de visión oficial de la historia nacional que, tenida por nacional, global y válida para el común de la sociedad argentina, evidenció una especie de centralismo temático en torno al pasado de la ciudad y la provincia de Buenos Aires.1 No obstante, el centralismo historiográfico continuó perdurando buena parte del siglo XX en los historiadores, las instituciones, la investigación y las publicaciones, pero sobre mediados del mismo hubo aportes importantes y destacados que pusieron en evidencia la existencia de investigaciones que se corrían de esa historiografía nacional y canonizada desde Buenos Aires.
En efecto, los últimos años exhiben un auge importante de este tipo de investigaciones, en parte debido a la propia profesionalización y especialización de los historiadores y a un intento constante por abordar procesos, acontecimientos y hechos que han tenido que ver con los espacios regionales y locales.