Para que exista una profesión tiene que haber una necesidad humana y toda profesión debe tener un espíritu de servicio social, que sirva para brindar soluciones que resuelvan la problemática generada por dichas necesidades. La historia de la contabilidad nos enseña que nuestra profesión nació y fue desarrollándose para servir a necesidades humanas: administrar eficientemente recursos escasos, registrarlos, darles valor y controlarlos.
En suma, utilizando los conocimientos de la economía, la administración y la contabilidad que conforman nuestras competencias, valores y capacidades.
Determinado que la profesión tiene como objetivo servir a una necesidad humana, que no es producto de alguna moda tecnológica o paradigma coyuntural, el servicio profesional que debe prestar tiene que ser de calidad, y éste sólo se puede lograr con los conocimientos técnicos-científicos adquiridos en un proceso educativo en la Universidad.