Sólo a partir de una creciente participación de los distintos sectores sociales en el proceso de integración del MERCOSUR, será posible la estructuración de un regionalismo que apoyándose en la solidaridad e identidad de nuestros pueblos posibilite su autoafirmación colectiva y el fortalecimiento de su capacidad de negociación internacional conducente a la promoción de nuestro desarrollo, al fortalecimiento de la democracia y al bienestar de nuestros pueblos.