Conocidas son las fallas en el diseño de nuestro sistema de coparticipación federal de impuestos, el que distribuye recursos del gobierno nacional a las provincias. Un porcentaje cada vez más chico del total de recursos va a las provincias y se reparte según unos coeficientes designados con el objetivo de cubrir temporariamente la ausencia de sistema en épocas de hiperinflación. Y a pesar de eso, no se han podido modificar desde 1989, a pesar del mandato constitucional que obligaba a cambiarlos a fines de 1996. Mucho menos se conoce de los sistemas de coparticipación de provincias a municipios, a pesar de la creciente importancia del rol de los municipios y de las lecciones que se podrían extraer de la variada experiencia en las provincias para aplicarse a nivel nacional. Entre las razones de ese desconocimiento están, por un lado, la diversidad de esos sistemas, y por el otro, la debilidad de nuestras estadísticas a nivel municipal. Contra esas dificultades, este documento busca evaluar las consecuencias que los sistemas de coparticipación provincial han tenido sobre las realidades locales. Más específicamente, se busca de manera muy preliminar, buscar respuestas a dos preguntas. En primer lugar se bosqueja la hipótesis de si los municipios que más transferencias recibieron lograron mejorar más su situación socioeconómica. Y en segundo lugar, se testea si los sistemas más progresivos lograron aumentar más la equidad entre los municipios de cada provincia. Más que lograr resultados contundentes, algo casi imposible por la ausencia de información, este documento plantea una metodología relativamente sencilla que podría enriquecerse con otras técnicas y nuevos datos. Acorde con las expectativas, se encuentran resultados débiles aunque con la tendencia esperada.