El verano que transitamos no fue uno más. La devaluación de enero de 2014 y la pérdida de las condiciones macroeconómicas en mayor o menor medida estables, muestra a las claras las dificultades que atraviesan las economías periféricas cuando intentan apartarse de los libretos para los que tradicionalmente fueran encapsuladas a lo largo de su historia. Estas dificultades se producen, si bien por algunos errores propios, principalmente por la resistencia y presión de los sectores tradicionales rentísticos y de poder en general que se sienten más cómodos en un modelo de base económica primaria y financiera.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)