Cuando pasé de la ginebra al whisky, sin que nadie se diera cuenta, me había graduado de periodista. Cuando pasé del whisky a más whisky y la policía me sacó del bar luego de una pelea espectacular -nunca agradeceré lo sufi ciente que el poeta y animador cultural Tom Lupo me haya alcanzado, a través de la ventanilla del patrullero, la cartera- me había graduado de alcohólica (todavía me faltaba el posgrado).
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)