La llegada al poder, en 2007, de Rafael Correa inauguró un nuevo periodo en la realidad política y económica del Ecuador: la Revolución Ciudadana. A las transformaciones del ordenamiento jurídico con la Constitución de Montecristi deben añadirse cambios en los procesos de planificación cuyos ejes centrales fueron la recuperación de la capacidad reguladora del Estado (gestión soberana) y la elaboración de Planes Nacionales del Buen Vivir (PNBV). Al mismo tiempo se emprendió un giro a la política exterior. Se revisó la cooperación recibida y se inició el proceso de construcción de una política pública que impulsó la cooperación ofrecida considerada como “una oportunidad para multiplicar los nexos Sur – Sur y cimentar la diversificación de sus relaciones exteriores” (PNBV 2013-2017).