El grabado argentino registra, entre los últimos años de la década del 50 y primeros 70, una importante renovación. Inscriptos en las políticas del desarrollismo, diferentes proyectos impulsan la conformación de nuevos espacios de circulación y reconocimiento de la obra impresa, a la vez que su proyección internacional. La situación periférica del grabado respecto de las artes hegemónicas y el general desconocimiento de la disciplina por parte del público, confluyen en la preocupación de artistas y gestores por renovar sus estrategias de difusión. En este contexto, nuevas poéticas y planteos iconográficos redefinen las prácticas tradicionales de la disciplina. El presente trabajo - inscripto en una Beca de Perfeccionamiento en curso otorgada por la U.N.L.P.- propone la revisión de algunos de los discursos y poéticas que dieron definición al "nuevo grabado" en la década del 60, en atención a los problemas de su validación y su impacto y proyección en el campo artístico local. La hipótesis que orienta este trabajo es que el grabado de experimentación formó parte del conjunto de innovaciones artísticas que dieron definición a la vanguardia sesentista, participando de la renovación cultural en la que confluyeron las artes en la década.