En un panorama historiográfico en el que la historia rural parece haber desaparecido arrastrada por un sinfín de intereses que llevan la investigación hacia otros ámbitos, es importante reivindicar su espacio –el que tuvo hace unos treinta años-, tanto por su propia entidad como porque, en la crisis económica actual, el campo y sus problemas merecen más atención de la que se les está otorgando. El libro colectivo que comentamos pone de manifiesto que el campo sigue entre los intereses de un sector de historiadores alejados de temas más vistosos y asequibles, demostración de lo cual es la serie en la que se incluye, Rural History in Europe, que cuenta con una decena de títulos colectivos del máximo interés; detrás de estas obras hay financiación europea, por cuanto los datos sobre el ámbito rural y las actividades agrarias constituyen un tema de interés –más o menos sincero- para las instituciones políticas. En ese contexto se ha publicado esta obra, cuyos coordinadores y autores combinan la historia medieval, moderna y contemporánea, con la económica e incluso con la investigación agronómica, lo que le otorga enfoques diferentes.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)