La escritura de Georges Perec constituye la búsqueda y conquista de su identidad, de su nombre, en tanto sujeto y autor, pues su gesta como escritor comienza después del aniquilamiento, de las cenizas de Auschwitz y se construye alrededor de ese vacío, apoyándose en signos para arribar a obras rigurosas y fantasiosas. Su condición de judío y huérfano lo convierten en un ser sin orígenes, tanto para su autobiografía, como para su plenitud existencial.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)