Las llamadas culturas juveniles refieren a rituales de encuentro e interacción a través de los cuales los jóvenes construyen un “nosotros” que los diferencia y reúne, y una presentación del sí mismo ante la mirada de los otros. Estas culturas, se despliegan en territorios específicos y definen marcas de reconocimiento y significaciones que no son aprensibles a quienes no participan del agrupamiento. Las culturas juveniles son una expresión colectiva de las experiencias sociales de los jóvenes en la forma de estilos de vida distintivos, que se desarrollan en el tiempo libre o en los intersticios de la vida de las instituciones. La condición juvenil y la juventud se refieren a relaciones sociales históricamente situadas y representadas que conforman conjuntos de significados de identidad y diferencia, inscriptos en redes y estructuras de poder (Urresti, 2005; Kaplún, 2004; Reguillo, 2004; Feixa, 2006; Valenzuela Arce, 2005).
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)