Con un estilo riguroso, poblado de datos y referencias puntuales, pero sin perder agilidad, Eduardo Jozami acierta en una decisión que atraviesa su libro: coloca a Rodolfo Walsh frente a su espejo y, al hacerlo, además, lo baja del pedestal en el que de un tiempo a esta parte se lo ha ubicado. Y si decimos en espejo es porque en cada una de las diversas épocas de la vida de Walsh aparecen citas donde él mismo reflexiona sobre sus comportamientos en el pasado. Uno descubre cómo la autoreferencia se transforma en la principal herramienta que Walsh utiliza a la hora de pensar y pensarse.