Cuando uno comienza a buscar y a leer bibliografía que proponga como tema el cuerpo humano se encuentra con que existen distintas versiones que difieren entre sí según las diferentes disciplinas de las que parten: la Filosofía, la Antropología, la Medicina, el Psicoanálisis, entre otras. Esto permite sostener que el cuerpo ha sido aislado, recortado, entendido de formas distintas, y experimentado consecuencias también diversas. En esta oportunidad me propongo poner en tensión el cuerpo sobre el que interviene la Medicina -con su herencia cartesiana- y el cuerpo según lo aborda el Psicoanálisis, y de este modo entender en qué aspectos este último subvierte dicha concepción2.
Si partimos de preguntarnos qué entienden por cuerpoestas dos teorías, vemos que mientras para la Medicina se trata de la existencia de un organismo, de un viviente, para el Psicoanálisis se trata de un cuerpo erógeno, esto es, un cuerpo capaz de obtener y sentir satisfacción. Como todos sabemos, Jacques Lacan (1972/1973) señalará que “un cuerpo es algo que se goza”, es decir, un cuerpo que no es reductible al órgano biológico del campo científico, y eso es lo que interesa al campo del Psicoanálisis.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)