Las nociones de cuerpo y subjetividad de la Filosofía contemporánea no pueden separarse de un debate que ha ocupado especialmente los últimos casi 40 años, al menos a partir de los cambios, polémicas y transformaciones desatadas por el Mayo francés en 1968, sumados a los movimientos políticos y sociales que dieron la vuelta al planeta y que tuvieron, incluso en Argentina, una gran importancia sobre finales de los sesenta y mediados de los setenta. Y no es que el quehacer filosófico no planteara desde hacía ya tiempo “la caída del Sujeto” , la pérdida de la confianza en la “Ratio” o el fin de las totalidades. Lo que sucede, a nuestro entender, es que en los ochenta se produce una proliferación de la problemática modernidad/posmodernidad que penetra distintos campos teóricos y se hace explícita en los medios de comunicación, el arte, la educación, el derecho, la economía y la historia, impregnando incluso la vida cotidiana, y replanteando los conceptos de salud , tanto “mental” como “corporal”, entre otros muchos.
(Párrafo extraído del texto a modo de resumen)