Era la época victoriana en la Inglaterra de mediados del siglo XIX. A nivel social la supervivencia implicaba fuerte competencia y aun la eliminación de los competidores. En el ámbito académico se había producido la introducción de nuevas ideas, superadoras de los dogmas religiosos. Ya habían sido difundidos los conceptos rectores de Hutton (1795) y Lyell (1830) sobre el uniformitarismo, mientras que comenzaban a vislumbrarse posturas críticas con respecto al catastrofismo, sostenido por Cuvier (1812) y sus seguidores Buckland (1823) y Agassiz (1840).