Desde hace varios años, los manuales escolares se han transformado en un objeto de estudio que permite investigar áreas diversificadas, de las cuales dos han sido las más exploradas. La primera de ellas es la que podríamos denominar como predominantemente didáctica y es la que se preocupa por indagar qué ocurría realmente dentro de las aulas donde se enseñaba Historia. Para ello los manuales (especialmente hasta la década de 1970) resultan una herramienta insustituible. La segunda está referida más específicamente a las líneas historiográficas e ideológicas subyacentes en las páginas de estos textos. Como es evidente, ambas vías son complementarias y la diferencia se restringe al punto de vista enfatizado en el análisis.
El trabajo de Josep Fontana que comentamos puede inscribirse en la segunda de las variantes expuestas y en principio parece imprevisto en la producción de autor. Sin embargo, este pequeño libro del ilustre historiador catalán puede relacionarse sin esfuerzo con sus preocupaciones acerca de nuestra disciplina.