Si bien es mucho lo que se ha escrito y hablado sobre la deuda externa argentina, existen algunos aspectos que no han sido explorados y cuyo conocimiento dejan más en claro los factores de poder e intereses particulares que primaron por sobre los nacionales. Unas cuantas maniobras, no por casualidad poco difundidas, dejan claro que el objetivo del endeudamiento nunca fue quebrar la restricción externa por el déficit que implica la transformación productiva industrial. Por el contrario, usar al Estado Nacional como trampolín para el enriquecimiento personal, elitista y favorecer las inversiones sin declarar en el exterior son argumentos menos publicitados pero subyacentes.