El libro de Gabriel Giorgi está dividido en cuatro capítulos, una introducción y una coda, en la que se afirma que en el libro hay dos insistencias que marcan las intersecciones entre vida y política bajo el signo animal: por un lado, la definición y la figura del individuo, la cual es tensada bajo el signo de la multiplicidad; y por otro, la pregunta por la relación entre vida y propiedad, donde los cuerpos aparecen como mercancías. En efecto, el libro elabora una serie de lecturas desde y hacia la noción de biopolítica, en la que confluyen preocupaciones ligadas tanto a la economía como a la política como formas de control de las poblaciones, tal como la definía Michel Foucault. Sin ceder a la tentación de reducir los materiales estéticos a la función de ejemplo, Giorgi va tejiendo con maestría propuestas teóricas y análisis textual, llevando la atención a la materialidad de los cuerpos y de la escritura.