La capacidad de goce, trabajo y sobre todo el humor constituyen un criterio importante en la evaluación psicodiagnóstica, a pesar de ser a menudo, un aspecto excluido de los informes. Una razón de dicha exclusión podría ser el hecho de no contribuir por sí mismo a incluir al sujeto evaluado en una categoría psicopatológica. Otra razón que se suma a la anterior, es que el “ sentido del humor” que surge durante el transcurso de un proceso psicodiagnóstico exige de parte del que lo administra una espontaneidad no pocas veces obstaculizada por una preocupación excesiva por adherirse a un encuadre estandarizado. Sin embargo, la capacidad de humor, es centro de nuestro interés ya que proporciona un indicador mayor en lo que hace al pronóstico y una orientación a seguir en la estrategia de tratamiento.