Antes que uno de los ganadores del Concurso de Relato Breve organizado por nuestra Facultad, Federico Novak es un lector fanático de Osvaldo Soriano. En esta nota, nos habla de un autor al que se le negó su condición de mago y no se le ha perdonado el amor por la patria, de cómo una obra construida en lugares argentinos lo impulsó a la escritura, y de un tatuaje y un cuchillo con los que está dispuesto a defenderla aunque nadie se lo pida ni haga falta.