La recaudación de impuestos nacionales registró una retracción de -4,5% interanual al contrastarla con la variación de la inflación de la Ciudad de Buenos Aires. Este desempeño es el resultado de un sinnúmero de factores y decisiones de política que se combinan de modo contradictorio para incidir sobre los ingresos tributarios. Aunque suene prematuro, se puede arriesgar como hipótesis que la recaudación impactará negativamente en el declamado objetivo del gobierno de reducción del déficit de las cuentas públicas. Dado el carácter procíclico de la estructura tributaria, la tendencia a la disminución de los ingresos en términos reales parece inevitable.