El fenómeno del terrorismo no sólo es significativo por sí mismo sino también, porque sus acciones han desencadenado, a lo largo de la historia, problemas mucho más graves que - en ciertos circunstancias - han afectado directamente la paz y la estabilidad del sistema internacional en su conjunto. En efecto, esta estrategia posee una dilatada trayectoria histórica y sus manifestaciones se han convertido, con frecuencia, en catalizadores de procesos de mayor envergadura, complejidad y violencia.
Este es el caso del atentado de Sarajevo; un hecho que desencadenó la Primera Guerra Mundial y generó el desmoronamiento del Sistema Multipolar Eurocéntrico. Es por ello que, desde nuestra perspectiva, este suceso no debe examinarse de manera aislada, sino que debe enmarcarse dentro de un proceso mucho más amplio y más complejo. En cuanto a sus proyecciones, deben analizarse en función de un cúmulo de factores específicos. El objetivo que nos hemos propuesto alcanzar en este trabajo es:
Analizar al terrorismo como un componente significativo en las historia de las relaciones internacionales; un componente cuya incidencia fue determinante en diversas épocas y circunstancias históricas y cuyas consecuencias afectaron siempre - en mayor o menor grado - a los actores del sistema internacional. En otras palabras, creemos que es importante entender que las manifestaciones terroristas pueden y deben interpretarse en un marco histórico específico y que la perspectiva de análisis más adecuada para hacerlo es la que nos proporciona la disciplina de las Relaciones Internacionales.