La Enfermedad de Parkinson (EP) constituye una condición de salud prevalente en la población (en Sudamérica (sobre 100.000 habitantes): 228 en la población de entre 50 y 59 años, 637 en el grupo de 60-69 años, 2.180 en el grupo de 70-79 años y 6.095 en el grupo de 80 y más años [Pringsheim et al., 2014]). Los síntomas motores y no motores provocan alteraciones funcionales en la vida diaria de las personas con Parkinson, afectando su comunicación con el medio (Holtgraves y Cadle, 2016). El Taller de Parkinson (TdP) es una propuesta de atención (que funciona desde 2002 y que actualmente es programa estable de la FCM, UNLP) cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida de las personas con EP a través de la puesta en práctica de espacios que usan lenguajes lúdicos y artísticos. El diseño metodológico se basa en la existencia de la propiedad paradojal del sistema motor (Ballanger et al, 2006) que es muy notable en el comportamiento de las personas con Parkinson (Asmus et al, 2008; Souques, 1921) y que se refiere a un mejoramiento temporario de la motricidad como resultado de la relación co-constructiva entre condiciones del individuo y estímulos ambientales.