Los venenos ofídicos son los más complejos entre las ponzoñas de origen animal, tanto por la heterogeneidad de su composición como por la multiplicidad de los efectos tóxicos que producen simultáneamente sobre la sangre y los sistemas cardiovascular, respiratorio y nervioso. La clasificación tradicional de los venenos ofídicos en hemorrágicos, necrosantes y neurotóxicos parece en la actualidad objetable.