La rúcula (Eruca sativa Mill.) es conocida desde la antigüedad por sus múltiples propiedades curativas y estimulantes: depurativas, diuréticas, afrodisíacas y tonificantes. Se destaca de otros vegetales de hoja por su mayor contenido de fibras, hierro y vitamina C. Las hojas tienen un sabor entre picante y amargo que se consumen crudas en ensaladas, en la decoración de platos y también cocidas. Las flores también se utilizan, para decoración o aderezos. Se usa en mezclas de vegetales de hoja presentadas en bandejas. Las hojas más viejas son más picantes, y pueden incluirse en salsas, sopas y como aderezo de pizzas. Es un cultivo difundido en muchos países del mundo (además de los países europeos del mediterráneo, India, Egipto y Estados Unidos), y si bien se trata de un cultivo menor, en Argentina su consumo se ha quintuplicado en los últimos diez años.