Aunque debiera ser noticia por todos conocida, no está de más recordar que México fue, después del viejo continente, el primer lugar donde se estableció la imprenta.
Instrumento y medio necesario para publicar los textos para el gobierno y doctrina de los indios, el arte tipográfico se asentó en estas latitudes y mostró desde el inicio la fuerza y creatividad que le observamos hoy.
Esa empresa, de metal y papel, estuvo llena de personajes interesantes de quienes, desde hace ya muchos años, se han revelado y publicado noticias. Los enseres que envió el sevillano de origen alemán Juan Cromberger, con su emisario Juan Pablos, no fueron ni los mejores ni los más nuevos, pero eso no le impidió al impresor natural de Brescia realizar composiciones bien cuidadas.
Durante el siglo XVI encontramos poco más de una decena de diferentes pies de imprenta en la Nueva España. Además del mencionado Pablos estuvieron en suelo azteca: Antonio de Espinosa, Pedro Ocharte, Pedro Balli, Antonio Ricardo, Melchor Ocharte y Enrico Martínez; y también tres mujeres impresoras: Jerónima Gutiérrez, viuda de Pablos; María Sansoric y Catalina del Valle, viudas de Pedro Ocharte y Pedro Balli, respectivamente.