H. P. Lovecraft (1890-1937) fue uno de los escritores más importantes del siglo XX. Un repaso de sus datos biográficos permite comprobar que su derrotero vital se manifiesta de forma especular a lo largo de su obra, caracterizada por narraciones en primera persona, lenguaje arcaico, descripciones horrendas y aún de pesadilla, recargadas de adjetivos. Lovecraft inaugura el Horror Cósmico y logra resignificar el cuento de miedo mediante la sustitución de los elementos tradicionales del género. Así, los encantamientos de geometría inconcebible reemplazan a la magia; las razas sacrílegas del espacio exterior a los demonios y un batallón de imprecisas manifestaciones a los fantasmas. Los Mitos de Cthulhu son la más cabal expresión de este horror cósmico, una mitología que incorpora temas propios de la ciencia ficción tales como la invasión alienígena, los portales dimensionales y los viajes en el tiempo y que, además, hospeda un formidable catálogo de villanos: los Primigenios, los Dioses Arquetípicos y otras deidades menores, un panteón carente de toda moral y despojado del más mínimo interés por la raza humana. Bajo su depravado imperio, estamos destinados a la esclavitud o aún peor, a servirles de alimento.