La universidad, como institución del Estado, no puede nunca escindirse de su rol primero: aportar directamente al bienestar y al desarrollo de los integrantes de la sociedad. Cada una de sus unidades académicas debe pensar en la formación de profesionales que sepan desenvolverse en el marco de la crisis, que la entiendan y que diseñen soluciones consensuadas con los protagonistas que participan de ese contexto. Asimismo, hay una realidad afuera de la cual hacerse cargo. Se debe pensar en la formación de profesionales preparados para el desarrollo de procesos de transformación. Por otra parte, supone la toma de un compromiso que debe ser asumido desde todos los actores y manifestarse en los procesos de construcción de contenidos y formación, articulados entre sí (Altamirano, 2007). En este contexto y desde esas premisas, me propuse realizar, en el marco del Trabajo Integrador Final de grado de la Licenciatura en Comunicación Social, una herramienta capaz de aportar, integrar y fortalecer procesos de lectoescritura en el ingreso a la universidad.