El metro elegido para la traducción es el endecasílabo, un metro que tiene amplia tradición en la poesía en español. En el caso de la poesía clásica, en donde la rima no existe, puede decirse que es completamente adecuado, ya que es el tipo de verso que más ha prescindido de ella, aquel en el que se ha producido la mayor cantidad de composiciones no rimadas (salvo, por supuesto, el verso no medido).
La utilización de un metro castellano de fuerte tradición en la historia de la literatura implica el haber descartado cualquier intento de imitar los metros originales, ya que la tradición de la poesía castellana no rimada no ofrece alternativas válidas, es decir, combinaciones métricas con las que el lector pueda estar familiarizado, formas estróficas a las que su oído esté acostumbrado por haber sido ya utilizadas por los poetas que escribieron en nuestra lengua.