Es cierto que el foco del texto son los libros, y en ese sentido las imágenes están en función del recorrido que marcan aquellos. La exposición se ordena en tramos asociados con la vida del autor, en sus palabras: “desde la puericia a la senectud”. Son cinco capítulos, que refieren a períodos cronológicos pero que se asocian, además, y cito: con “ciertas emociones elementales que la lectura ayudó a construir y contener”: Niñez y esperanza; Adolescencia, tristeza y comedia; Juventud, felicidad y tragedia; Madurez y culpa, y Ancianidad: una reconciliación que huye. Estos cinco pilares le permiten organizar la sucesión de lecturas cuya secuencia aparece pautada desde afuera, por las diferentes circunstancias de la vida —edad, escolaridad, viajes de placer, viajes de estudio y trabajo, episodios de familia (tristes unos, alegres otros), inserción institucional y laboral-. Los libros se insertan así en una trama más amplia, que es el soporte del relato de las lecturas pero queda a la vez subordinada a él.
(Texto leído como presentación en la Feria del Libro el 11 de mayo de 2017, CABA)