De tanto en tanto aparecen los desvariados, esos desavisados que, medio dormidos o dormidos y medio leen los artículos que uno publica o somete a evaluación a revistas académicas y que terminan siendo evaluados por los llamados “pares ciegos”. Este es realmente un buen nombre (pares ciegos) porque, a veces, algunos de ellos realmente son precisamente eso, pares y ciegos, y bien ciegos.