Desde 2016, los aumentos en las tarifas de los servicios públicos (gas, electricidad, agua y transporte) que pagan los consumidores, con mayor impacto en la zona del gran Buenos Aires, han sido extraordinarios. Y si bien el INDEC habría recuperado credibilidad y la tasa de inflación se ha acelerado, existe la sospecha de que la medición oficial de la inflación esta subestimada.