Durante mucho tiempo era un lugar común afirmar que los principios religiosos, metafísicos o éticos cuestionaban el avance de las ciencias y no aceptaban sus resultados. Paradójicamente se han invertido los términos, pues hoy en día son las ideologías de diverso cuño las que no admiten los avances científicos que indican con precisión el inicio de la existencia del individuo humano, sosteniendo según los diversos autores, teorías evolutivas ubicando ese momento ya sea a los catorce días, o catorce semanas o seis meses o al nacer o cuando tiene conciencia, etc.